Estamos a menos de un tercio de conseguir el proyecto

Me quedan 20 días de campaña y una chica de Puerto Rico me ha preguntado:
-¿Cómo siendo España un referente en libertades y derechos sexuales para el mundo en general y para América latina en particular no se ha escrito antes una historia como la tuya?

Le contesté que entiendo que no todas tenemos las mismas oportunidades, los mismos apoyos, ni la misma fortaleza. La mayoría tienen miedo a dar la cara porque les asusta el rechazo social. Existen demasiados estigmas sobre este colectivo.

Lo que de verdad quisiera sería perderme entre la gente y llevar la vida normal de mujer que siempre he deseado. Ahora que he conseguido finalizar mi transición y ser la persona que siempre debí ser, ahora que he conseguido que dejen de señalarme, de reírse de mí, de intentar humillarme… Ahora que siento esta paz… Mi conciencia no me deja cerrar los ojos y seguir hacia delante como si nada hubiera ocurrido, sabiendo que otras pasarán un sufrimiento del que yo estuve a punto de no salir.

Me siento moralmente obligada a devolver el bien que algunas personas hicieron por mí de manera desinteresada, sacándome del pozo donde me metió la consejería de salud de la Comunidad de Madrid.
El precio que voy a pagar por ayudar a los demás y devolver el bien que se me hizo, es hacer pública mi privacidad, que para mí es oro.

Nada me da más apuro que hacerme popular. Mi deseo sería ayudar al máximo número posible de personas y no solo a las transexuales que necesiten de esta información, si no a todas las que se sientan rechazadas, a los que sufren acoso, a las que tienen alguna enfermedad rara, a los que sufren discriminación de cualquier tipo, a los que no entienden nada de todo esto… Y a todos los que luchan por mejorar el mundo, pero no es mi deseo ser reconocida.
Yo también tengo miedo, estoy muy asustada y aunque tengo el apoyo de grandes personas que me animan a sacar adelante este proyecto de carácter social, no me está siendo nada fácil conseguirlo.

Recibo muchos más apoyos y ánimos  de las asociaciones LGTB y de personas particulares de toda américa latina y Estados Unidos que de mi propio país. Y aunque no voy a dejar de luchar porque creo que es mi deber poner mi granito de arena para intentar mejorar las cosas… Si el proyecto no sale adelante guardaré mi historia en un cajón y me dedicaré a llevar la vida que siempre he anhelado, con la conciencia tranquila de que lo hice lo mejor que pude y con mi más noble intención, sabiendo que no pude hacer más…

Si lo negros dejaron de ser esclavizados, los judíos dejaron de ser exterminados y los homosexuales están siendo desestigmatizados, a l@s transexuales también nos llegará nuestro momento, porque la transexualidad es una realidad tan antigua como el hombre, mucho más que la esclavitud, la religión…Y tanto como la sexualidad.
El problema es que la sociedad prioriza en primer lugar los derechos de las minorías más cuantiosas.

Se considera que una persona sufre un trastorno o enfermedad rara por cada 2000 habitantes, se estima que nosotras somos un caso de cada 12000.

Solo soy una mujer mestiza, transexual, discapacitada… Que arrastra una historia de lucha, sacrificio, dolor; sufrimiento, mucho esfuerzo y voluntad… E intento mostrar a todo el mundo que nosotras también somos hij@s del mismo dios.

Cuando me quedan 20 días de campaña, quiero dar las gracias a todos los que me estáis apoyando, a todos los que me conocéis y me hacéis sentir orgullosa de mi lucha, gracias por vuestras palabras de apoyo, por divulgar mi historia, por aportar a mi libro… Gracias a todos los que queréis hacer más pero no podéis… Gracias, gracias, gracias…

La verdadera generosidad no está en dar lo que te sobra, si no en compartir lo que de verdad necesitas.


Mª del Mar Hussein


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